Hidalgo, entre las 10 entidades con menos superficie con uso agropecuario; disminuye extensión agrícola

Hidalgo se encuentra entre las 10 entidades del país con menos superficie con uso o vocación agropecuaria, además de que la extensión agrícola disminuyó 4 por ciento en los últimos 15 años, de acuerdo con información de los resultados oportunos del Censo Agropecuario 2022.

Según la medición del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) elaborada de octubre de 2021 a septiembre de 2022, en el territorio hidalguense hay un total de 1 millón 35 mil 198 hectáreas destinadas al cultivo de plantas o a la cría de animales.

Esto representa el 1.2 por ciento de la superficie nacional con vocación agropecuaria (88.4 millones de hectáreas), colocándose por encima solo de Quintana Roo, Querétaro, Colima, Aguascalientes, Tlaxcala, Morelos y Ciudad de México.

Del total de las hectáreas que existen en Hidalgo con uso y vocación agropecuaria (sector agrícola y ganadero o pecuario), 965 mil 85 fueron cubiertas por el censo. De estas, los productores declararon solo 810 mil 40, de las cuales 574 mil 769 son superficie agrícola.

En los últimos 15 años, la superficie de uso agrícola (cultivo del suelo) disminuyó 3.8 puntos porcentuales, al pasar de 597 mil 486 hectáreas en 2007 (año del último censo) a 574 mil 769 (22 mil 717 menos) en 2022.
En Hidalgo hay 223 mil 260 unidades de producción agropecuaria y reportan una superficie agrícola de 574 mil 769 hectáreas, de las cuales 200 mil 718 están activas con una cobertura territorial de 513 mil 248 hectáreas; el resto están en descanso.

Del total de la superficie agrícola activa, 452 mil 627 hectáreas fueron sembradas y 60 mil 621 no. De estas últimas, 37 mil 799 están en descanso y 22 mil 823 no fueron usadas con fines agrícolas por factores como la mal temporada, falta de crédito, enfermedad, falta de dinero o apoyos, porque no hubo quien las sembrara, entre otras causas.

MENOS SUPERFICIE ACTIVA

Estas cifras colocan a Hidalgo entre las 15 entidades del país con menos superficie activa para el cultivo de alimentos o plantas, solo por debajo de Nayarit, Tabasco, Campeche, Yucatán, Baja California, Tlaxcala, Quintana Roo, Morelos, Querétaro, Colima, Baja California Sur, Aguascalientes y Ciudad de México.

Asimismo, el 83.7 por ciento de las unidades de producción (conformadas por uno o más terrenos donde se realizan actividades agropecuarias) propiedad de personas físicas son de 5 hectáreas o menos y el 16.3 son mayores.

En cuanto al número de personas que participan en el desarrollo de las actividades agropecuarias o forestales de las unidades de producción (mano de obra), en total son un millón 228 mil 841, de las cuales el 86.6 por ciento son hombres (1 millón 64 mil 689) y 13.4 mujeres (164 mil 152).

De estas, 803 mil 480 son jornaleros, 221 mil 935 familiares, 154 mil 107 productores que trabajan sus tierras y 49 mil 319 dependientes de las unidades de producción.
La participación de las mujeres en las labores agropecuarias y del campo en Hidalgo disminuyó casi dos puntos porcentuales en los últimos 15 años, al pasar del 15.1 por ciento en 2007 a 13.4.

El grupo etario que más trabaja en el campo son personas entre 45 y 64 años de edad, con el 44.9 por ciento; seguido de los mayores de 65, que son el 33.9; de entre 18 y 45, 21.2, y menores de edad, solo el 0.1 por ciento.

Asimismo, el nivel de escolaridad predominante es la primaria, con el 46.8 por ciento; le siguen las personas que tienen secundaria, con el 26.3; luego los que no cuentan con estudios, 15; con bachillerato o preparatoria, 5.9; licenciatura o posgrado, 4.9; y preescolar, 0.2.

El parque vehicular de tractores propios se duplicó en los últimos años, al pasar de 5 mil 363 unidades en 2007 a 12 mil 171 en 2022. Las unidades productivas con este tipo de vehículo de trabajo propio son 9 mil 638, por lo que el promedio es de 1.3.

Además, en el último año, 3 mil 311 unidades de producción agropecuaria y forestal obtuvieron un crédito y 568 un seguro.

En tanto, los principales problemas son los factores climáticos, seguido de los altos costos de los insumos y servicios y los factores biológicos.

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